Macadamia

Pido disculpas por sentirme viva, por desear cada mañana emociones nuevas, atardeceres prometedores, noches con lunas. Pido disculpas,  si mis ganas de ser y sentir hieren a alguien, solo me dejo llevar por el compás de mi respiración que es la que me marca los ritmos, los sabores. Pido disculpas,  si tras una jornada revuelta necesito caricias tiernas en forma de palabras adecuadas, es que no me resisto a ser moderna y no necesitar a nadie ni nada. Pido disculpas,  si tras un exceso de derroches emocionales necesito aislarme para llenarme de nuevas sensaciones que compartiré luego con quien a bien tenga acercarse. Pido disculpas,  si alguna vez las ganas de hacer reír a alguien triste fue tomado como un alarde de prepotencia infantil pareciendo que quisiera sobresalir entre las tormentas de otras almas. Pido disculpas,  si no fui lo suficientemente adulta ante la llamada de un errante que quiso tomar mis sonrisas como amuletos pasajeros,  sin tener en cuenta que todo

Atrapas, absorbes la luz en tu núcleo para después derramarla en fulgurantes colores con los que nos regalas vida. Creación poderosa de colores luminosos, alquimia perfecta entre lo que no vemos y poseemos. Más allá de la luz existe la sombra para recordarnos que no siempre fuimos capaces de notar su ausencia. Astro   Luz, vida compacta regalándonos colores brillantes donde dejar reposar las esperanzas y los sueños.

De todas la única y primera, derramando tus jugos para hacer caudales de vida. Brotando de entre los áridos desiertos, verdes en coalición con los amarillos, marrones y rojo fuego. Agua fluyendo entre cánticos floridos por jugosos prados donde alimentarse tus hijos, aquellos que surgieron a tu amparo y andan desperdigados poblando tus valles y montes, adornando tu vientre con frutos que luego regalas a modo de pequeñas gotas de vida siempre presente y clara. Madre Tierra, toda sentimientos, siempre perfecta como un reloj de agua donde bañarse las bellezas que has creado. En tus rincones llevas guardados preciosas promesas en plena adolescencia, y las dejas a nuestro amparo con la única condición que seamos capaces de hacerlas crecer sin dañar su núcleo perfecto y sagrado. Madre Tierra, de tus sentimientos muchos han hablado, y ahora también podremos ver   los colores que te otorgaron.

Burbujas perfectas formando parte de un todo y a la vez independientes. Como esas personas, que siendo iguales en sus formas a la vez, las distingue sus almas. Redondas, simétricas, partiendo en idénticas mitades del mismo todo global. Islotes a donde dirigirse para ver el mundo desde otra perspectiva, Ora norte, ora sur, pero, ¿quién está dónde? Oasis de retiros voluntarios a donde dirigirse cuando perdamos la belleza de un momento, cuando los sueños nos huyan o cuando se nos agoten los deseos.

Serás fugaz de apellido pero tu belleza no tiene nada de efímera. Con tu presencia traes implícita historias de deseos, de amores huérfanos y caricias anheladas. Contienes en tu memoria miles de deseos guardados y aún así, tienes espacio para seguir contagiando, haciéndote fuerte con cada nueva aparición. Y eres estrella, brillo perenne y amante eterna de aquellos que sueñan con tener la dicha de verte aparecer en el negro cielo, donde de todas, tú eres la reina. Quizás tu mayor mérito sea mantener vivo tu recuerdo, o la rapidez con la que juegas a surcar el cielo, llevándote a tu paso asombro y admiración. Pero sea lo que sea aquello que despiertes, fugaz y estrella, siempre presente.

los colores nos despiertan y nos indican el estado de animo incluso el tipo de personalidad que tenemos,reclaman nuestra atención y nos dice la similitud de nuestra forma de ser y actuar