Sentimientos de Libertad
Pido disculpas por sentirme viva, por desear cada mañana emociones nuevas, atardeceres prometedores, noches con lunas.
Pido disculpas, si mis ganas de ser y sentir hieren a alguien, solo me dejo llevar por el compás de mi respiración que es la que me marca los ritmos, los sabores.
Pido disculpas, si tras una jornada revuelta necesito caricias tiernas en forma de palabras adecuadas, es que no me resisto a ser moderna y no necesitar a nadie ni nada.
Pido disculpas, si tras un exceso de derroches emocionales necesito aislarme para llenarme de nuevas sensaciones que compartiré luego con quien a bien tenga acercarse.
Pido disculpas, si alguna vez las ganas de hacer reír a alguien triste fue tomado como un alarde de prepotencia infantil pareciendo que quisiera sobresalir entre las tormentas de otras almas.
Pido disculpas, si no fui lo suficientemente adulta ante la llamada de un errante que quiso tomar mis sonrisas como amuletos pasajeros, sin tener en cuenta que todo aquellos que se roba pasa factura, mucho mejor esperar a que se regalen.
Pido disculpas, si alguna vez alguien creyó que por ser accesible podía arrinconarme del mundo, robándome todo aquello había creado a base de mucho tiempo y disposiciones libres.
Y pido disculpas, si alguna vez di la sensación de ser más dulce, dispuesta y dependiente de lo que la realidad ha sido, pareciendo que debía ser protegida de los dragones por miedo a no ser capaz de vencerlos como a mí me gusta, de frente.
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CHENOA FERNANDEZ.